jueves, 5 de mayo de 2011

La suerte de varas y las sandeces de CVR


Cuando uno expone criticas se arriesga a ser criticado. No hay disputa mas bella que dos aficionados realicen una tertulia debatiendo el tema de la tauromaquia sin ni siquiera llegar a ninguna conclusión, o discutir sobre dos temas en los cuales las dos personas tienen su parte de razón.

Sobre las sandeces de CVR justificadas monetariamente desde mi punto de vista. En las cuales no dio importancia a la suerte de varas cuando en Sevilla se produjo el indulto, es para echarle a los leones, sigo y me mantengo.

¿ y todo esto porque?

Pues precisamente por alabar el indulto de un toro que no cumplió en el caballo.

La suerte de varas es primordial y así lo dejo reflejado en casi todas las crónicas cuando asisto en directo a los corridas, y cuando no es así simplemente realizo un resumen de lo principal. Disculpen si cometo alguna errata o mas bien es un despiste, como pueda ser el que ofrecí en la ultima cronica.

Corrida muy bien presentada destacando el sexto que fue ovacionado de salida pero falta de casta. Destacaremos el sexto que no quiso caballo pero vendió cara su vida gracias a su casta fue tocado las palmas en el arrastre.

Concretamente me refería a la corrida en general que le falto casta. El sexto fue un manso encastado, saliendo suelto en el caballo como expuse anteriormente. Por lo cual si doy importancia al caballo. Lo positivo de este animal, es que proporciono emoción e Ivan Fandiño supo aprovecharla.

La suerte de varas

El eje de la lidia, donde se demuestra la verdadera bravura y también la fuerza del animal. Intentare dar un pequeño repaso histórico sobre la suerte de varas y como fue. Disculpen si cometo algún error o si mi memoria me traiciona.

La suerte de varas proviene del residuo que dejaron los nobles cuando lanceaban a los toros. Los siervos en aquella época les realizaban los quites.


Desde mi punto de vista creo que se podría centrar la edad de oro de esta suerte entre 1808 a 1895, antes de que apareciera el Guerra.

Antiguamente el picador estaba en el ruedo antes de que saliera el toro, y la forma de ejecutar era dando el pecho del caballo al toro, y cuando este llegaba al encuentro, el cuerpo del picador sobresalía del penco para así detener al toro, girando del ramal hacia la izquierda para así dar salida al animal. Rápidamente era sacado el animal por el matador de turno que intentaba realizar un quite y dejarlo colocado para la siguiente vara. Después de la segunda vara el siguiente matador realizaba otro quite, y de esta forma empezó la competencia. Podemos destacar picadores de distintas décadas como pueda ser Manuel Martinez Agujetas, otro anterior a este Cristobal Ortiz, el gran Brazo de Hierro, Badia etc...
Antes de sepultar esta maravillosa suerte, se anticipo el Guerra que dio la orden de picar de lado los toros para que se fatigaran mas.
Es un brevisimo resumen que le falta muchos matices, pero simplemente es para hacernos una idea de lo que fue. Por cierto comprarme un abono que lo dejo a su precio.

1 comentario:

  1. La suerte de varas, es sólamente eso, una suerte más dentro del conjunto de una lidia completa.
    Cada época tiene la fiesta que el público demanda. Hoy la lidia ha de ser completa y todas las suertes se ponen al servicio de la faena de muleta y del triunfo del matador. Seguramente en esa evolución nos hemos dejado cosas importantes en el camino. Pero no desesperes, la fiesta no es estática y el público evoluciona.
    De repente alguien hace algo nuevo (o recupera algo viejo), y sorprende, y gusta, y lo pone de moda, y a partir de ahí parace imprescindible.
    Pondré 2 ejemplos:
    La penosa aportación de José Tomás al toreo moderno a través de la recuperación de las manoletinas como finalización de la faena, tan jaleadas en Madrid y tan de moda actualmente. Una suerte menor recuperada por un torero grande vuelve a estar de moda.
    Segundo ejemplo, todavía recuerdo cuando en San Isidro había un premio para el peón que corriera un toro a una mano de salida. Una suerte perdida u olvidada, de gran emoción para el público y que hoy supondría probablemente una bronca para el matador.
    La decadencia de la suerte de varas es un ejemplo más.
    Pero no nos confundamos el caballo no es el único elemento para apreciar y evaluar la bravura del toro. No cabe hablar de un toro bravo o manso sólo en el caballo, del mismo modo que no cabe hablar de un toro bravo o manso sólo en la muleta.
    Y cabe también reflexionar sobre lo que es una realidad: el toro bravo se agota y rompe de tal forma en el caballo que no aguanta después la faena de muleta. (ver corrida concurso de Zaragoza de este año Garboso de Adelaida Rodrígueez).
    De este modo ningún torero permitirá el lucimiento del toro hasta el extremo de imposibilitar su propio triunfo. Por ello exigir en la plaza lo que es propio de un tentadero es una esperanza vana y un ejercicio estéril.
    Aprender a evaluar y apreciar la bravura del toro en el resto de las suertes a través de la lidia completa es una exigencia y una difícil prueba para descubrir al verdadero aficionado.
    En esto último debemos aplicarnos y en ello estamos.

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