Toros educados

Quedaron atrás aquellos tiempos donde los aficionados de antaño manifestaban las protestas tirando todo tipo de objetos al ruedo, cuando un torero no daba la talla. Esos tiempos tan gloriosos, tan emocionantes tan verdaderos y auténticos que eran bien protegidos protegidos por aficionados armados con varas de mimbre.
La emoción la servían toros de mala educación, groseros con los toreros que los tenían bien medidos, desafiantes con el publico y dando leña a todo aquel que se pusiera delante. Aquellos toros de mediados del XIX, con cuajo serios encastados aquerenciados, no tenían piedad por nadie ni por nada. A la más mínima te empalaban como un paillo en una aceituna. ¿Abrase visto que desobediencia?

Bueno, pues los toros de Victoriano del Rio con remiendo de un toro de Cortes que fueron lidiados en la corrida de la Beneficencia, resultaron ser los animales más educados y con buenos modales de toda la historia de la tauromaquia.
El primer toro de nombre Exclusivo un animal serio con buen armamento en la testud se presento al diestro Juan Mora con poca movilidad ya que andaba mal de los cuartos traseros para no molestar.
En el caballo se porto excelentemente para no dañar al picado, caballo y peto. Entro tres veces protestando como buen manso, haciendo sonar el estribo y saliendo suelto en las tres. El animal no quiso meterse en problemas con el de la vara. En banderillas respeto con mimo y cuidado a los rehileteros y con un trasteo eficaz se lo saco a la segunda raya Juan Mora, para torear un poco perfilero aunque derecho pero sin usar la izquierda. Lo despacha de una estocada tendida y trasera.
El segundo animal de Juan Mora, fue el más mal educado de toda la tarde , peleo en varas regargando y dando un tumbo. En banderillas empezó a sentar cabeza y formalizarse. En la muleta Juan Mora se lo saca a las afueras con toreria en los terrenos siete. Con la derecha torea perfilero y al echarle la mano izquierda el animal pone punto final al pequeño pleito y se raja al no querer pelea. Mata de una bonita estocada recibiendo y cuatro descabellos.

El segundo bicho de nombre Supervisor se apunto a la fiesta de malas maneras y con traje informal o sea mal presentado. Escurrido y sin cuajo recibe una sonora protesta. Lo recibe el señorito Morante con el capote aunque con poco esmero. En el caballo se comporta como su hermano recibiendo un semipuyazo. En la faena de muleta es sacado a los medios y como buen pacifista no quiere pelea y rehuye a las tablas, donde Morante abusa del pico de la muleta. Lo despacha de una estocada pescuecera. Bronca.

Con el segundo un animal de nombre Contento un invalido de categoria que apenas se empleo en el caballo tomando dos puyazos de poca transcendencia. Animal chico que solo era tapado por la cara. En banderillas se duele y en la muleta tiene querencia a tablas como buen manso. Morante tampoco esta mucho por la labor cambiándolo los terrenos. Lo despacha de dos pinchazos y una casi entera. Bronca.

El primero del Juli de nombre Barbazul es una autentica chota de pueblo. Un animal programado para ofrecer comodidad y tranquilidad a todo aquel que se ponga delante del bicho. Apenas se le pica y en la muleta ofrece todas las ventajas posibles al ventajista Julian. Parece ser que el animal se ofrece con respeto y obediencia al matador, pidiendo disculpas el bicho cuando protesta al diestro por su mala colocación. Estos animales da lo mismo cargar la suerte o torear de pico, admiten todo.
Saca algunos derechazos de poca intensidad. Lo despacha de un horrible Julipe, quedando ridiculizado el maestro Julian.

El segundo animal de nombre Fabuchejo fue una estafa con cuernos, pasando de cortes a cursi. No recibió ningún picotazo y en la muleta el respetable paso tanto del toro como del torero. Dando el maestro un recital de toreo de pico y pésima colocación, que a veces uno sentía vergüenza ajena al ver un supuesto figuron del toreo matando y destoreando tan pesimos animales. Lo despacha de una media Julandrona.

Destacar la parte positiva de la actuación del picador Carlos Prieto.