jueves, 2 de junio de 2011
Por fin un corridon de toros
Después de casi más de treinta corridas soporíferas de aguantar pestiños, pegapases, invalidos, toros empalagosos de dulzura toreable, animales aborregados y fojos,al fin el señor Cuadri nos trajo un corridon de toros.
Animales muy bien presentados, encastados con sentido mucho poder y también mansedumbre. Comportamiento en el caballo 14 varas con un espectacular tumbo.
Señores estamos hablando de una corrida de toros, con las complicaciones que tiene la casa, unos mansos otros de mejor manejo, pero con emoción.
Podemos ir del encastado con sentido del primero, un tercero poderoso y encastado,pero manso y un cuarto mas manejable pero también encastado.
El Fundi, ya no es el Fundi. Con su primero un animal que desarrollaba sentido durante toda la lidia, se lo saco a las afueras y estovo a diestro y siniestro. Asta que el animal dijo basta y cuando observo la mala colocación puso fin a la faena. Con su segundo ni lo quiso ver, dejando que le desguazaran en el caballo dándole tres enormes castigos. Recibió una cariñosa bronca.
Ivan Fandiño estuvo echo un tío. Lidio correctamente el toro, le puso de largo a sus dos animales, se puso en el sitio correcto para torear estos toros o lo que es lo mismo citar de frente. ES LA UNICA FORMA DE TOREARLOS. Dando una formidable estocada. Dio una forzosa vuelta al ruedo exigida por los aficionados.
Con su segundo, un animal encastado, volvió a demostrar más de lo mismo. Colocación y sacando unos derechazos de mano bajo muy emocionantes. Estocada caída pero de formidable ejecución . Una oreja forzosa a petición de la afición.
No se puede pedir más, e incluso algunos pases llegaron a crujir los cimientos de la plaza de toros. Por lo cual no hizo falta salir por la puerta grande para demostrar que había un torero en la plaza. Ya era hora de que hay triunfos baratos, roñosos y de poca monta como puede ser la puerta grande de Cesar Jimenez o triunfos de sonoridad como una simple vuelta al ruedo de el señor Ivan Fandiño.
Aguilar estuvo a la mercez del encastadisimo segundo. Un huracan de casta que con solo citarle una vez se arrancaba veinte veces. Esta vez necesitabamos un torero de mando de poder que le hubiera sometido por bajo, pero en fin el chaval hizo lo que pudo y su merito hay queda. Con su segundo animal ya mermado este por las volteretas sufridas por el primero, estuvo con precauciones y toreando al sesgo, aunque hay que reconer que si daba el primer pase. Tampoco se puede pedir más, le despacha de cuatro pinchazos y un descabello.
Felicitaciones al ganadero por traernos la emoción a esta plaza.
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