jueves, 1 de diciembre de 2011

Toreros mercenarios


Algo está cambiando en la tauromaquia pues matadores de toros aceptan lidiar en corridas donde las reses acaban matadas por un matarife, restando la emoción y verdad a las corridas.


La prohibición de la muerte del toro en la plaza en Quito es ya una realidad, las primeras corridas de toros se están celebrando con cierta normalidad, más allá de algún grito de la afición, que pena me da ver a un buen numero de toreros españoles haciendo el paseíllo en esa pantomima mutilada que son las corridas de la plaza de toros ecuatoriana.

Algunas figuras han rechazado asistir por principios éticos a su profesión, pienso que con acierto ya que la corrida sea donde sea tiene que ser en toda su totalidad una corrida sin mentiras, con la seriedad que exige la profesión de matador de toros y respetando al toro bravo.

Si entramos en temas de sufrimiento y crueldad, creo que al toro, que es el principal protagonista de la fiesta, se le hace un flaco favor al ser sacrificado al día siguiente en un matadero. Me explico, al toro se le pica y se le banderillea con total normalidad, en ambos tercios se le hiere, el toro sangra por esas heridas, lucha embistiendo y cuando llega la hora de la verdad se le abre la puerta de chiqueros para que regrese a los corrales. El toro cuando se enfría como todo ser vivo siente el dolor, esa noche es terrible, el toro no duerme ni descansa y cuando llega su hora lo meten en el camión hacia el matadero donde verá a sus hermanos morir.
Maldita guerra han ganado los animalistas en Quito.

Entrando en los toreros participantes, jamás entenderé sus argumentos para asistir "este año asistiremos pero si el año siguiente no se mata el toro no vendremos".
Y digo yo, si se prestan a ir figuras importantes la plaza se llenará, la gente quiere ver toros y entre todos darán argumentos para que piensen los políticos que ha sido una opción correcta y mantenerse en sus trece. Y todo por un puñado de euros al cambio.

La fiesta está muy mal, cada día tenemos una traba más y con reacciones como esta veo el final cerca, si de una maldita vez no remamos todos en la misma dirección. Ustedes se imaginan si en la prohibición de Cataluña los toreros se hubiesen plantado y que no comenzase ni Castellón, ni Valencia, ni Sevilla, ni Madrid hasta que se levantase la prohibición ¿qué hubiese pasado? Y si en toda la América taurina no se celebrara ningún festejo hasta que se respetase la fiesta como ha sido siempre ¿qué hubiese pasado?

Yo no sé si se volveránn a celebrar corridas en Cataluña o si el toro morirá nuevamente en el ruedo den Quito pero seguro que estaría más tranquilo, significaría que el toreo esta unido y que aquí hay toreros muy hombres, no mercenarios enfundados en un traje de luces.

Arturo del Toro

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