Prosiguiendo
con la documentación anterior en la cual se intenta desenmascarar un
intríngulis de ventajismos en los cuales se desenvolvió y se desenvuelve
nuestra amada fiesta nacional.
Comentare las últimas aportaciones en beneficio del fraude que hizo este
magnífico lidiador llamado Rafael Guerra
Bejarano, mas conocido como el Guerra.
Aunque
no puede considerarse fraude pero si ventajismo, es el momento de aclarar el
porqué en el momento actual se picada de lado y no de frente al toro, dándole
los pechos.
Fue
el Guerra quien modifico la suerte de
varas a su antojo. Dio la orden a sus picadores de realizar dicha suerte de
lado y no de frente, con el objetivo de fatigar más al toro. Así nos lo explica (Andre Viard en su libro Tierras taurinas opus numero 1). Llegando esta nueva moda hasta
nuestros tiempos.
La
misma afición de Madrid le sepulto por su tropelías, siendo una frase suya muy famosa; “No ve voy me echan de los toros”.
Sería
injusto despachar un genio de la tauromaquia sin reconocer que fue un
extraordinario lidiador, con unos conocimientos de las reses extraordinarios. Dejando esta foto para
el recuerdo en la cual se enfrento con un torazo de Feliz Gómez en Madrid, bien armado y
de muchas arrobas.
Toro Cocinero de Félix Gómez.
Con la
retirada del Guerra, vino la recuperación del toro, saliendo al ruedo ejemplar
de mucho trapío y bien armad s en la época de Machaquito y Bombita 1900 a 1920.
No fue
hasta la llegada de la llamada edad de oro del toreo, cuando los dos pilares de la fiesta Joselito
y Belmonte empezaron a mandar sobre las ganaderías. Estos dos grandes maestros no aportaron nada
al fraude, simplemente se podrá comentar que elegían reses de menor tamaño y
menos poder en ciertas ocasiones, siendo duramente protestadas
por la afición de la época.
Digamos
que siguieron algunos pasos del Guerra aunque es digno de mencionar las gestas que
realizaban, como las cuarenta y tres
corridas de miuras o las veintiséis corridas en solitario por parte de Joselito
el Gallo.
Desde mi
punto de vista la mejor referencia para situar la fiesta en un antes y un
después, seria en un antes y un después de la guerra civil.
Antes de
la guerra al toro se le manipulo pero no en demasía, pero después de la guerra
y con los estragos que se realizaron en el campo bravo por culpa de esta. El
toro menguo y por si fuera poco empezó a aparecer la sombre del afeitado. Tal
punto fue así que se llego a poner la tablilla y el guarismo para que no se
produjeran fraudes en la edad ni en el peso.
Todo
esto ocurría con Manolete y Luis Miguel Dominguin en la llamada edad de plata del toreo.
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