Concluida
la temporada y entrando en tiempos invernales, es de buena gana dar paso a
tertulias, charlas, debates taurómacos, que estando al pie de una buena lumbre
y un buen vino serán de lo más interesantes.
Para
prender la mecha y salga el sol por donde quiera, intentaré realizar desde mi
humilde opinión un muy breve resumen sobre la historia negra que rodea a la fiesta
“el fraude”.
Comenzaré
realizando un muy breve resumen partiendo de una etapa romántica y heroica del toreo que posiblemente fuera entre
finales del XVII y mediados del XIX.
En
ese intervalo los toros eran muy distintos del actual, más que
en hechuras en comportamiento. Fieros, duros, con poder y casta mansa agresiva
en la cual fue derivando a la bravura aborregada de nuestros tiempos. Así nos
lo explica Oscar Jiménez Bajo en su libro “1851
historia de una temporada”
Para
toda esta gente no había que crear ningún organismo que luchase contra el
fraude, siendo los mismos diestros garantía suficiente para no tener dudas ante
las reses. Eran ellos mismos los que elegían los toros con más casta y que
aportaran mayor emoción, descartando los nobles y flojos.
El
punto y final de esta emocionante época lo concluyeron Frascuelo y Lagartijo,
en la cual se produjo una enorme competencia entre ellos. Ya retirado Frascuelo
y quedando solo Rafael Molina “Lagartijo”, fue este último quien comenzó a
abusar de ligeros ventajismos como fuera el paso a tras al dar las estocadas.
Es
en la cuadrilla de Lagartijo donde un joven y aventajo banderillero comenzó a
adelantarse a su tiempo. Rafael Guerra Guerrita así fue llamado, quien fue un inteligente y gran lidiador de todos los tiempos.
Rafael
Guerra provenía de la cuadrilla de Lagartijo, del cual aprendió tanto lo malo
como lo bueno. Bien sabia el que en la fiesta de los toros se podrá explotar
mas como negocio que como afición y lo primero que hizo fue a los toros del Marqués de Saltillo, Concha y Sierra, Laffite, Murube etc.. menguarlos.
Aun añojo se le quita de la madre antes de tiempo, y se le paraliza o debilitan
sus funciones de crecimiento. En esa endeble disposición se le suelta en dehesa
pobre de pastos y de agua. Cuando llega escasamente a cuatreño, ya es época de
prepararle para la lidia, dándole los
mejores pastos y mejores alimentos, para redondearle. Aunque perdiendo su poder y alzada junto con sus cuernos
raquíticos. Así nos lo explica un
aficionado de la época Félix Borrell Vidal en su libro Antes y Después del
Guerra.
¿Que
consiguió con esto?
Es
fácil de adivinar. A menor toro menor riesgo y mayor número de corridas, por lo
cual da mayores ingresos. De esta forma nació lo que es la figura del toreo
como termino industrial, siendo modelo para futuras promesas.
Interesante explicación de la génesis del que hoy por hoy es la causa de la falta de emoción.
ResponderEliminarEsperamos con interés el aporte de Joselito el Gallo, en esto que se llamó fraude ayer, hoy y siempre.
Saludos,
POCHO PACCINI