Talavante
lo dijo que abra un antes y un después.
Que dicho y bien
rediocho
que las figuras de hoy
en día
ni son toreros ni son na de ná,
por que torean novillitos,
teniendo miedo al toro
de
verdad.
Así es amigos, el caso
Talvante es pura ficción convenció a todo el mundo que tendríamos un antes y un
después, y queridos lectores no se equivoco.
Es el único matador en
no triunfar con una encerrona anovillada
de Victorino. Pensó que iba a salir triunfante y salió con el rabo entre las
patas (iban dos así).
Talavante un torero acomodado a las ganaderías
comerciales, se enfrento a la casta de la parte light de Victorino y aun así no
pudo sacar partido.
Este chico es un torero
corto, a veces vulgar de escaso repertorio de muleta.
Se presenta en Madrid
con una de Victorino chica y anovillada a excepción del sexto que fue el que estuvo
más rematado.
Sin apenas torear este
tipo de toros y aplicar técnicas que no van con este encaste, convirtió su
encerrona en un rotundo fracaso.
Bien para el empresario,
bien para él, bien para Victorino que se
llevaron los cuartos y fiasco de los grandes para la fiesta.
Corrida blanda tomaron
nueve puyazos sin emplearse por cuatro picotazos. Escurridos de carnes y sin
remate ni cuajo de toro salieron los nobles victorinos, pudiéndose aprovechar un
primero, un segundo un tercero. Flojos los restantes y sosos.
Sin ideas, desastroso
con el capote apático, tan solo realizo un vulgar quite por chicuelinas y sin
conocimientos de lidiador.
Apenas cabe destacar la
faena del tercero que fue buena por el izquierdo.
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