Venga por delante que hoy
podremos hablar de todo lo acontecido en las ventas; pero eso si de todo menos
de toros. Madrid parecía un campo de batalla, por un bando teníamos los aplaude
todo de la sombra, luego los partidarios de los toreros, luego los aficionados
de siempre y por último las duras protestas.
Queridos lectores, no todo en la fiesta
es arte y toros. También los intercambios verbales que ocurren en las plazas, las
broncas, las manías hacia otras ganaderías etc…
Pero Madrid es diferente, aquí mucha
gente ve muchos toros y cada día uno aprende sobre lo que va viendo. Por ejemplo
Manzanares por mucho que nos lo quieran vender, jamás será un torero de Madrid.
De primeras este chico no ha visto
un toro de Madrid ni por los canales del plus. De segundo es solo posturas y toreo
de poco riesgo. El mismo se dio cuenta de sus límites en la encerrona de Sevilla
y el mismo viene con ganaderías denominadas
LIGHT, porque ni su valor se lo permite ni tiene poder con la muleta.
Bien sabe que se vio desbordado por
su primero, un animal de escasa fuerzas que tenía un pitón izquierdo muy bueno,
y bien sabe que su segunda chota estuvo con más pico que las gallinas.
Morante no engaña, este chico simplemente
se niega a torear toros con un poquito de casta. Parece ser que la casta incomoda
y no gusta. Ni quiso torear a su primero ni quiso ver a su segundo. Es despachado
con una buena bronca.
Jiménez Fortes vino a dar la cara,
aunque con toros de aficionado. No se achanto con los quites pero tampoco apretó
con la muleta. No bajo la mano y anduvo descolocado, abuso de pico aunque aguanto algunas miradas.
Bien por la afición por protestar
semejante ganado, mal presentado y bien por mantener la exigencia que al final el
público de aluvión reconoció que aquello no eran toros sino cabras mal echas.
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