Que ni se imagine Saldivar que la oreja ofrecida por el público
venteño no aficionado, es un trofeo de
suma importancia.
Muy protestada fue la oreja por el sector habitual de
Madrid, ante una gran mayoría de pañuelos de entrada regalada que pidieron con
unanimidad la oreja al diestro Saldivar.
Faena con enganchones, echando el toro para afuera, el paso atrás
y una estocada tendiada y trasera. Tan solo pudo librarse un tanda de su
pueblerina actuación, en el comienzo de la faena y citando de rodillas.
Mansa de escándalo, floja y descastada a más no poder, convirtiendo la plaza en un
coso siniestro y soporífero.
Sergio Aguilar se
estrello con sus dos lotes que apenas tuvieron un pase. Miguel Angel
Delgado, muy verde para esta plaza. Mucho rodaje necesita este chaval para poder
presentarse en Madrid. Ni tan siquiera guarda un mínimo de estética torera para
poder componer la figura. Mal con los aceros.
De pena la ganaderia del Ventorrillo que apenas aguanto tres
puyazos.
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