miércoles, 28 de septiembre de 2011

LA CASTA DE CEBADA GAGO

Tramoso gran novillo, copio de burladero;

Si la bravura se demuestra en el caballo, ‘Tramojo' apretó de lo lindo en el peto, y por dos veces. Le taparon la salida en el primer encuentro, y por si quedaba alguna duda volvió a arrancarse sin reservas para recibir la segunda vara. Si la bravura se mide en banderillas, ‘Tramojo' acudió presto a cada cite de los subalternos para posibilitar un tercio vibrante. Si la bravura es la capacidad de luchar hasta la muerte, ‘Tramojo' no dejó de embestir con inusual prontitud a la muleta, una y otra vez con largo recorrido y alegría. Súmenle a todo ello fijeza y nobleza, y el resultado es un toro bravo, novillo en este caso de Cebada Gago, bravo en Algemesí y en Japón también.

El bendito animal no recibió el honor sobradamente ganado de la vuelta al ruedo. Ese ejemplar con el que nadie se aburre y la Fiesta tiene futuro fue arrastrado como cualquier otro descastado. En Algemesí cada día preside con la mejor voluntad del mundo un concejal diferente. A su lado había una asesora veterinaria a la que alguien preguntó las razones por las que el pañuelo azul no había asomado, y la contestación fue tan escueta como sorprendente: "Yo no estoy para eso".

‘Tramojo' salió en tercer lugar para conmover a todos los que estaban "para eso", para emocionarse con la bravura con independencia de los cometidos de la gente que ocupa el palco. Tanto repitió sus embestidas y con tanta prontitud, que incomodó a Damián Castaño, por momentos muy dubitativo y destemplado intentando encontrar la mejor colocación. Pero todas sus dudas quedaron diluidas gracias a la transmisión del conjunto de la faena, y tras una buena estocada se llevó la oreja que necesitaba para salir a hombros.

La otra la había conseguido del que abría festejo, el único ejemplar deslucido de la tarde. Blandeó y dobló las manos varias veces a lo largo de la faena, y Castaño toreó muy de cara a la galería, echando mano de recursos, adornos y desplantes que acabó valorando el público tras una estocada desprendida.

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