No es de sabios de la tauromaquia,
comprobar que las corridas, o novilladas concurso de ganaderías es fracaso
anunciado por mucho que nos empeñemos. Ni viene bien para el aficionado ni
viene bien para el ganadero, a no ser de que se con firme decisión restaurar
dicha suerte.
Con un mínimo gesto en el cual se
pudiera aligerar notablemente los jacos, todo daría la vuelta. Lo que no es de recibo es poner armatostes
con semejante coraza, pareciendo aquello
la batalla de Lepanto con el séptimo de caballería.
Seis hermosos novillos de Juan Luis
Fraile, Sanchez Cobaleda, Moreno Silva, Manuel Quintas, Paloma Sanchez y la Interrogación.
Aplaudidos de salida el cuarto
que fue brutal mente asesinado por el picador David Prados que se llevo una
sonora bronca por el respetable.
No cumplió el ganado y más bien
flojeo aunque tomaron diez varas de verdad sin emplearse en la mayoría por
cuatro picotazos.
Destacaremos el primero de Fraile
y el sexto de la interrogación que resultaron más encastados aunque sin romper.
Mal por los novilleros que apenas
les queda futuro en esta dura profesión.
Pajares no arriesga, no se compromete
y anda siempre en el alivio. Mal con su primero, y peor con su segundo, que lo
dejo masacrar en varas.
Jesús Fernández peco de mala colocación,
siendo cogido sin consecuencias, y sin lucimiento en el segundo que resulto manso.
Peor lo tuvo Alberto Escobar que
abuso del pico en su primero y sin entender el último ocultándonos el novillo
en toda regla.
Bien por la afición que defendió con
orgullo el orden de la lidia.
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