
Algunos no cambian, pero lo más chistoso del asunto además de ignorancia taurómaca pueden agregarse el no saber ni mentir
Tomo nota de unas declaraciones de Don Simón Casas ;
Luego también ha dicho que hay que hacer caso y atender al aficionado, sí. Pero que al tonto, no. Ha hablado del secuestro de la plaza por unos pocos y esas cosas.
A mí me queda la duda de cuáles son los criterios para separar aficionados de tontos. Por ejemplo, si quieres que se lidien en Madrid encierros de Saltillo, ¿eres tonto o aficionado? Si te gustaría ver en San Isidro un cartel tipo toros de Cuadri para "El Juli", Manzanares y Fandiño, además de un iluso, ¿eres tonto o aficionado?
Análisis más sesudos, inteligentes y libres encontraréis a miles (bueno, algunos) por ahí, pero es que esto me ha llamado la atención. Por lo demás, está muy bien tener a alguien como Simón Casas en estos eventos tan rácanos para fotografiar. Siempre te da algo de juego.
Bueno pues con dichas palabras me presento;
Soy un tonto y amigo de muchos tontos que aspiramos a ser aficionados, pagamos con nuestro esfuerzo no solamente el abono si no que también acudimos a la mayoría de festejos en la temporada venteña y demás plazas. Dichos tontos compramos libros, investigamos, escribimos en los blog, debatimos las corridas, redactamos crónicas, sufrimos, llegamos asta el éxtasis cuando nos emocionamos con toros y toreros etc…..
Mucho de esos tontos, llevan más años en la plaza que la edad que pueda tener el baúl de Coquita Piquer y siguen tomando nota de sus propias conclusiones. Pero eso si seguimos igual de tontos y no aficionados.
Ahora bien analicemos entonces a los listos aficionados:
Resulta que los aficionados más cabales son los guiris y autobuseros que vienen a ver como consiguen triunfar sus paisanos siendo muchas veces la primera corrida o novillada que ven en su vida.
Pues así es la plaza cuando termina el ciclo isidril, quedando la plaza repartida entre los tontos aspirantes a aficionados (dejando unos buenos dineros) , guiris y autobuseros.
Parece ser que este señor se decanta por los guiris y los paisanos amiguetes de toreros o novilleros, tomando más en serio a un 50 chinos que la clientela habitual que religiosamente pagamos nuestra entrada y abonos manifestando nuestro amor por la fiesta.
MALDITA IGNORANCIA la de este hombre, y no darse cuenta que somos el último reducto de aficionados tontos que quedamos aquí. Quizás tenga razón en llamarnos tontos, ya que contribuimos a llenar su bolsillo y aparte de cornudos nos apalean.
Ustedes empresarios tienen la sartén por el mango y podréis seguir friendo a la afición con insoportables ciclos isidriles, pero ojo que algún día no muy lejano os quemareis siendo irreversible el remedio.
Por cierto Don Simon Fandiño ya toreo los Cuadri y nuestra ilu se cumplió.
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